Las promesas son para ser rotas
Edificio BSM, 2019
Curaduría: Francisco Medail
Artistas: Adriana Lestido, Andrea Ostera, Agustina Triquell, Carolina Magnin, Cecilia Lutufyan, Cecilia Szalkowicz, Facundo de Zuviría, Jackie Parisier, Manuel A. Fernández, Rosana Schoijett, Samuel Lasso, Tirco Matute.
-
Desde sus orígenes la fotografía como práctica artística ha estado acompañada de cierto discurso profético en relación con su futuro inmediato. Fueron varios los que aseguraron que la fotografía vendría a liberar a la pintura del mandato de representar la realidad. Algunas vanguardias históricas creyeron encontrar en ella el aliado que necesitaban para transformar definitivamente el sistema de la producción artística. Una vez establecida al interior de los museos no alcanzó con lo que la fotografía había podido ofrecer hasta entonces. Comenzó así un desfile de exhibiciones sobre lo nuevo y lo contemporáneo en fotografía, la novedad como promesa que regiría el futuro de la disciplina. Se habló de nuevos documentos, de fotografía emergente, de nueva fotografía, de fotografía expandida, de otra fotografía. Insatisfechos con los resultados, desde algunas décadas viene sumando adeptos el presagio de su muerte: un grupo de apóstoles se dedica a pronosticar el final de sus días. En este contexto, ¿Qué significa presentar un nueva exhibición sobre fotografía contemporánea?. En otras palabras: ¿que más se le puede pedir a la fotografía? Si de hacer promesas se trata, esta exhibición anuncia desde el título su desobediencia. No hay aquí profecías sobre el devenir de la fotografía en Argentina ni predicciones sobre los nuevos artistas que emergerán en el futuro. Más que señalar la novedad, esta exhibición se propone trazar un recorrido por distintos modos de abordar la fotografía por artistas de diferentes generaciones y trayectorias en los últimos diez años. Una selección arbitraria de obras en las que la imaginación artística trabaja sobre la fotografía como el lugar donde se (des)encuentran distintas temporalidades. Cualidad de la fotografía clásica por antonomasia, la elección del monocromo como criterio de agrupación en esta muestra es, también, el intento por desplazar algunas expectativas que caen hoy sobre la producción contemporánea.